Sobre un dístico principesco vasco


Ángel Repáraz

1

“No se concibe un verso vasco sin música, por elemental que esta sea, a no ser que se trate de obra sabia.[1]” Son palabras de Julio Caro Baroja. ¿Es sabio el dístico de 1865 que va a ocuparnos, es decir, independiente de acompañamiento musical? Sabio sí que fue su autor, Luis Luciano Bonaparte, notable lingüista francés del XIX especialista en lenguas celtas, químico de formación y sobrino de Napoleón I. (“ Su clasificación de los dialectos vascos es, además de la primera, la que todavía se utiliza con alguna rectificación de Azkue.[2]”) El dedicatario de la inscripción, ahora en la parroquia de Sara (Labourd), fue Pierre o Pedro Axular (1556-1644), un sacerdote del norte navarro que ofició de párroco católico allí mismo, ya en territorio (vasco) francés. Guero (Después), su obra principal, es un tratado de ascética (Burdeos, 1643) que en la bibliografía secundaria es reputado “máximo exponente de la literatura clásica vasca, […].[3]” Para Julio de Urquijo “Pedro Axular gozó fama de hombre eminente aun entre sus contemporáneos”[4]; de interés para nuestro objeto que haya sido asimismo autor “de dísticos numerosos” (Mitxelena).

        Nada menos que a Su Alteza Real Luis Luciano Bonaparte debemos, en efecto, la inscripción. En ella se lee:

                        “PEDRO AXULAR

EUSKALDUN IZKRIBIZALLETATIK IZTUN EDERRENARI

NI L. L. BONAPARTE EUSKARAZALEAK AU IPINI NION.

        Ez dago atsedenik

        Ta odei gabe egunik

        Zeruetan baizik.

                        1865.”

Es un todo gramatical cerrado; se diría que su estructura silábica lo hace asimilable sin forzar nada a un métricamente algo heterodoxo haiku (7+1/ 8+1/ 6+1). El poema contiene 4 nombres sustantivos (uno solo abstracto, y hasta es dudoso que atseden(ik), ‘reposo’, pueda ser considerad tal) y ningún adjetivo. Dago, la única forma verbal que encontramos, como negación ez dago (eztago en la forma hablada), ni siquiera es un verbo léxico, sino formal (aquí). Los versos son de rima aguda (el repetido morfema indefinido -ik, cuya repetición, se me dice, es bien soportada por el genio de la lengua). El cuarto y último sustantivo, zeru(etan), ‘(en los) cielos’, un plural poético, contiene la única voz no patrimonial del poema, si bien tiene que haber sido incorporada históricamente pronto con la cristianización primera.  

        Una traducción al castellano la proporciona J. A.[5]:

                        “A PEDRO AXULAR

EL MEJOR HABLISTA DE ENTRE LOS ESCRITORES

YO EL BASCÓFILO L. L. BONAPARTE PUSE ESTA INSCRIPCIÓN:

        No hay descanso

        Ni día sin nubes

        Fuera del cielo”

Así se ve ya mejor que la relativa simetría entre el plano léxico y el gramatical nos autoriza a transponer a modo de experimento la inscripción a la estructura de haiku (prescindimos del cómputo silábico). El poemita, de 1885, en cualquier caso, sugiere suficientemente el marco religioso del por entonces todavía idílico ruralismo vasco. Que ya no está muy lejos del comienzo de su prolongada agonía; en julio de 1876 se hace pública la abolición de la excepción foral vascongada. Una cierta modernidad irrumpe entonces violentamente en Bizkaia por las minas del Oeste de la provincia y la siderometalugia de la ría.  

2

        Como fácilmente ha adivinado el lector, nos guardábamos una sorpresa. Efectivamente, el dístico (o los tres versos) tienen fuente latina, como reconoce L. L. Bonaparte. “Según declaración del propio Príncipe Bonaparte, estos versos son traducción tan literal como puede hacerse de los latinos siguientes [por su parte rimados Á. R.]:

        ‘Est sola in celo quies

        Et sine nube dies.’[6]

Parece que forman parte de un motete latino dedicado al compositor Lully.

     

3

        Si, al parecer de un experto, “siempre se han celebrado con razón sus [de Axular] admirables versiones de textos latinos, tan vascas como exactas[7]”, el dístico de Bonaparte, una traducción del latín como hemos visto, aporta un elemento mínimo al paralelo de dos órdenes de traducción del latín al vasco. Con la paradójica ventaja de que el close reading de la inscripción funeraria nos ha sido impuesto formalmente por el mismo Bonaparte, de obra en euskera inexistente hasta donde alcanza mi información. Y aquí es de todo punto irrelevante a nuestra intención que “en la exaltación de Axular a la categoría de Príncipe de las letras vascas” haya “algo de clericalismo”[8]. Lo pertinente es que por el rodeo de la latinidad, más de dos siglos después un admirador empatético de Axular ha quintaesenciado en un presente gnómico unas formas de pensamiento ya periclitadas cuando hizo grabar su traducción. Y quien busque precedentes a nuestro texto, puede consultar el veterotestamentario libro de los Proverbios, uno de los primeros ejemplos de este tipo de enunciados en nuestra cultura; claro que si, en general, el proverbio bíblico enuncia con su decir o dicho (saying) su validez general[9], el dístico electivo de Bonaparte nos sitúa en el plano del deseo irrealista. En cualquiera de las dos variantes que elijamos (breve estrofa monorrima o pareado trunco con prótasis y apódosis condicionante), la distancia cultural secular que las separa del (pre)barroco Axular queda como absorbida por la fuerza del sistema simbólico compartido: el bien conocido del valle de lágrimas como camino al cielo, la patria auténtica.  

Cuddon, J. A., Dictionary of literary Terms and literary Theory.         Penguin, Londres 1991.

J. A., “Dos escritores euskaros memorables”, en: la Red.

Jakobson, Roman, Ensayos de poética. Madrid: Fondo de Cultura         Económica, 1977.

Juaristi, Jon, Literatura vasca. Madrid: Taurus, 1987.

Mitxelena, Koldo, Historia de la literatura vasca. San Sebastián:         Erein, 2001 (1960).

Sarasola, Ibon, Historia social de la literatura vasca. Madrid:         Akal, 1982.

Tovar, Antonio, Estudios de tipología lingüística. Madrid: Istmo,         1997.

Urquijo, Julio de, “Axular y su libro”, en: la Red.

Madrid, 8 de enero de 2024


[1]        Julio Caro Baroja citado en Mitxelena (2001: 26).

[2]        Sarasola (1981: 63). Carezco por completo de competencia para la asignación dialectal del dístico, perfectamente inteligible por lo demás desde el actual estándar batua.

[3]        Sarasola (1982: 123).

[4]        J. de Urquijo (p. 539).

[5]        Con un retoque menor mío, Á. R. Además chirría la versión que da del ‘baizik’ por ‘fuera’.

[6]        J. A . (p. 233).

[7]        Mitxelena (2001: 73).

[8]        Juaristi (1987: 55).

[9]        Cuddon (1991: 752).