¿Os esperaba el borracho genial en Bamberg? ovvero el viaje de nunca empezar. Érase una vez E. T. A. Hoffmann en Bamberg.
Ángel Repáraz
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también el plan en principio pareció bien a todos quitadme eso de en medio inmediatamente fueron palabras del leñador de lujuriante barba pelirroja bamberg levantaba promesas ya desde el nombre así que había alguna impaciencia por salir un poco como la del que respira ya el salitre en el aire del puerto adonde se dispone a viajar eu era feliz e ninguém estava morto en resolución que el deseo antiguo compartido teopompo de quíos sus insidias su probada mala fe se intersectaba ahora insospechadamente con una situación financiera de relativa solvencia que afectaba a omnes et singuli episcopi si así puede expresarse
la idea era antigua y no sería ahora sencillo determinar si oriunda de la reunión aquella inicialmente algo agitada en una roma ocre y azotada y persistente no necesariamente lejos del ponte sant'angelo la presencia opresiva del tambor de adriano detrás o bien de los bares lo bastante encanallados de un madrid escasamente de los austrias o austríaco y menos austral o hasta asturiano a saber ya más consueto un madrid de amores rezagados o con el paso cambiado como gustéis y recuerdo bien que aquellos fueron momentos de descubrimiento de una rara comunión afinidad integración del grupo
y si los nubarrones creados por el 'en ti está el problema' que lanzó en su momento ibaibarriaga el insistente 'en ti está el problema' injusto y algo caprichoso pudiera haber puesto en peligro los primeros pasos de la empresa ahora todo aquello ya no era sino un diminuto cerrocúmulo por así decir que flotara desasistido en un cielo claro y elevado y añil e incluso su en otro tiempo no menos intemperante 'de mí no esperes' nada dirigido en apariencia a casi todos y a casi ninguno y a alguna vasca muy significada en particular perdía su mordiente incriminatorio y amenazante y además a santo de qué habían aparecido aquellos palurdos el oso bailón los gitanos y de dónde los aullidos de las hordas del pebble people nuestro azorante futuro hacia atrás
hartmann latinista hartmann musicólogo y no raramente prendido entre los miasmas de la noia l'abbandono il niente de vuelta de alguna de sus escapadas inexplicadas acaso por el trastevere y tras un dilatado trago de lo que hubiera en aquella copa grappa quizá un sol final incontinenti dijo veo tres objeciones de monta primero es dudoso y lo pongo suave con e. t. a. hoffmann hoy no os recordaré el origen impostado postizo bastardo y admirativo del tercer nombre no os podréis entender en vuestro por otra parte en general y salva alguna excepción parcial tú nagel con tu paleoalemán literario que de seguro originaría estupor y quizá un arranque de condescendencia en mörike eso por no hablar de tu stifter alma en pena irredenta los suicidas al muladar se oía por aquí no hace tanto decía vuestro inglés de borborigmos coloniales que además él no entiende ni habla en segundo término inquisitor nequit in eadem causa iudicem agere porque aquí hay alguno que es juez parte defensor jurado fiscal y los viernes por la tarde hasta bedel de la audiencia en apretada y extenuante multiocupación y no miro a nadie y aquí fue donde intervino annunziata claridad en la mirada annunziata libertina buena organizadora manumitida hacía largo tiempo de sus depresiones o las que imaginaba tales y bueno después de toda esa balumba de períodos barrocos o berroqueños cuál es el tercero mi buen settembrini
y aquí retomó la palabra Hartmann bien oiréis lo que dirá el tercero es de carácter más técnico ya ontológico si queréis por cuanto alcanza al ser mismo de la persona histórico-empírica conocida como hoffmann una imposibilidad hasta formal y parece que nadie lo ha advertido qué curioso con lo listos que sois para otras cosas y ahora quién es el gracioso que se ha bebido mi copa que dé un paso al frente suponiendo que a estas alturas quede alguien en condiciones de dar pasos o ya de meramente incorporarse concurre aquí la circunstancia iba diciendo de que hoffmann magister spiritus para lo que aquí se está vagamente urdiendo está muerto desde junio de 1822 lo que habrá que convenir conmigo representa un serio inconveniente todo un drawback tanto para el afectado cuando para los planes del presente conjunto disjunto de estoy por decir boy scouts de la cultura literaria y filosófica así habló el berlinés zarathustra y continuó así que lamento hacer de aguafiestas pero no podrá haber encuentro con el fracasado kapellmeister el señor musikdirektor de modo y manera que esto compromete seriamente el objeto mismo de vuestro viaje iniciático todo ello también es cierto sin desdoro ni merma del valor de cuantos magnetizadores y hombres de arena anduvieren por ahí haciendo de las suyas y en ningún caso pero es que en ningún caso como demérito o quebranto de las excelencias del codillo con chucrut de zur rose
así que ahora ya podían avanzar los preparativos fantasear con las autobahnen ¿eran sinclinales? aquello de la izquierda geología repentizada la memoria atrapada de la tierra las suplicantes los corifeos los responsables de las epifanías y el resto a cuyos lados nos esperaran casi feraces campos de soja la luz la luminosidad de primera hora como más lenta las formaciones rocosas más antiguas el fichtelgebirge y el frankenwald pizarras granito gneis bastante más al suroeste la fränkische alb consta básicamente de capas porosas de roca jurásica que se embebe directamente del agua superficial se extrae la arenisca rojiza buntsandstein tan característica de los edificios de la región que tiene que ver con la presencia de hierro incluso ibaibarriaga abriéndose paso entre las brumas plomizas que durante largos meses antes y después del tropezón del psiquiátrico amenazaban el funcionamiento de su hipotálamo y áreas en torno según el informe médico confidencial al que acaso con artes no muy limpias había accedido el éforo había enviado su deseo de participar esta vez
pero quedó vibrando simpatéticamente una nota disidente por cuanto que superiorum iudicio se trataba de la opinión de las dos o como mucho tres personas del grupo con alguna cordura y probablemente cierta competencia en el asunto todo aquello no tenía ni pies ni cabeza y si además
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El 26 de enero de 1822, unos dos meses antes de morir, Hoffmann ha hecho testamento en favor de Mischa, su mujer; testamento: en realidad le deja tal volumen de deudas que la viuda tiene que renunciar legalmente de inmediato al mismo. El 25 de junio se rompen todos los cristales de la superficie y el artista parte (para ello ha hecho que lo vuelvan contra la pared). Quedaba todavía el amenazador y no del todo resuelto conflicto legal con von Kamptz, Polizeidirektor y hombre de paja del Ministro del Interior. El 28 sus amigos -literatos sobre todo- lo transportan al cementerio de la iglesia de Jerusalén, cercano al Hallisches Tor. La lápida sepulcral es el último regalo que le hacen.
Las masas de un verde atronador los aturden cuando penetran en la lasitud del cementerio semiabandonado. Frío; la característica y casi impúdica desolación del territorio de los muertos, desconchones en todos los monumentos. Traspuesta la cancela, les ha dado la bienvenida la sonrisa coagulada de un ángel capturado en un mármol en algún tiempo blanco. La tuba que no se oye, ah los desconocidos rituales en el reino del silencio vegetal de la entropía avanzada, va diciendo Ibaibarriaga a Nagel, fue un día de junio, seguramente cálido y de nubes como soldadas. Estuvieron fundamentalmente los miembros del cenáculo de los Hermanos de Serapio; A. von Arnim llega de la propiedad que gestiona con Bettina, de la Motte-Fouqué, Clemens Brentano -su gnomo simétrico-, la altiva estampa de Chamisso. A la muerte del artista su deuda solo en el restaurante de Unter den Linden ascendía a 1.116 Reichstaler, algo tampoco tan extraño en quien al final solía permanecer en el local hasta la luz del alba. De todo punto comprensible que entre los múltiples talentos que enumera la lápida no se encuentra el de administrador sagaz de sus ingresos.
ausgezeichnet
im Amte
als Dichter
als Tonkünstler
als Maler
[sobresaliente/ en la administración/ como poeta/ como compositor/ como pintor]
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La capital de Prusia está ocupada por las muy ruidosas unidades del ejército de Napoleón, y los coraceros son los más visibles. Él ha llegado aquí solo; ha perdido a su hija en Varsovia y la mujer está en peligro de muerte. El 22 de agosto de 1807 ha escrito a Hitzig: Ich bin in einer Lage, über die ich selbst erschrecke [Estoy en una situación que a mí mismo me horroriza]. Pide dinero prestado; nunca tendrá una posición realmente desahogada el manirroto, nunca estará von dem Geist des Merkantilischen ergriffen [poseído por el espíritu de lo mercantil], como dice en una carta a Kunz de 1814. Ha perdido su puesto como Regierungsrat en Varsovia con la ocupación francesa por su negativa a firmar el juramento de fidelidad a la nueva autoridad militar. En Berlín ahora le esperan: la humillación, el frío, el hambre. Hace dibujos que malvende, pasa días enteros solo con pan. Ahora ha caído copiosamente la nieve, que amortigua el eco de las campanas de la ciudad. En la noche una fantástica claridad irrealiza los contornos; la Unter den Linden es ya un punto de fuga que ennegrece gradualmente el blanco torpor de la ciudad dormida. Se oyen los gritos de los cambios de guardia. Y cuando el hombrecito pasa por la farola la sombra que proyecta adquiere vida y es su doble y gesticula bajo el sombrero de copa: Hoffmann, una naturaleza “infinitamente difícil de captar” (Béguin).
Es un hombre muy corto de talla y con la nerviosidad mecánica de los coboldos; y con una relación algo enajenada con el propio cuerpo, que fracciona, desdobla. Camina, se diría, como a tirones o leves saltitos, con cambios bruscos de dirección y una Motorik imprevisible. Hoffmann representa cualquier cosa menos la normalidad acomodaticia pequeñoburguesa. “No queremos ser filisteos”, ha sido el programa de los Hermanos de Serapio, los ilustrados de su ulterior tertulia en el mismo Berlín.
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indolente en el asiento trasero con sus casi dos metros hartmann agita a veces el holograma óseo de sus manos de constructor de pianos antaño y recuerda que en 1803 hoffmann tiene 27 años y todavía escribe ob ich wohl zum mahler oder zum musiker gebohren wurde [¿he nacido para ser pintor o músico?] pero bueno ya os advertí de que el inicialmente kapellmeister no estará lo que se dice receptivo en la cita y las reservas que expuse en su momento ante vuestro sanedrín han recibido cumplida corroboración en el reciente informe bastante pedantesco para decirlo todo de nagel e ibaibarriaga sobre su visita al jerusalemer friedhof [cementerio de jerusalén] de berlín las colinas entre tanto aterciopeladas ya pobladas a ratos por la simetría caprichosa de los viñedos feraz franconia los ribazos que se fugan con nuestro avance y por el fondo del cielo la cenefa roja cuando abandonamos erlangen era ya de un negro amenazante a la altura de forchheim
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El orden napoleónico había puesto fin en 1802 a un obispado electivo (Fürstbistum) de 800 años, y, tras su incorporación a Baviera, Bamberg es gobernada desde Munich. Las tropas del corso saquean el tesoro de Kunigunda, también son destruidas algunas iglesias de la ciudad. La pequeña universidad local deja de funcionar. Pero queda todavía una línea dinástica lateral en la Residenz, y con alguno de sus miembros Hoffmann ha tenido relación. El duque Wilhelm hace como si gobernara, un grotesco monigote pensionado. Hoffmann está en su elemento: la catedral imponente, los palacios barrocos, la población católica. Catolicismo: el clima soñado para la composición de música sacra (nos ha dejado una sinfonía y nueve óperas, pero también dos misas), y escucha fascinado los oficios de la catedral. Claro que el prusiano resultará irremediablemente chocante; habla muy rápido y la expresión de su rostro cambia constantemente. Asiste a sesiones de espiritismo y el 27 de enero de 1809 pocos meses después de su llegada consigna en su Diario: Meine literarische Carriere scheint beginnen zu wollen [Mi carrera literaria parece querer empezar].
En la plaza, que solo en 1859 recibió por nombre del entonces muy laureado Friedrich Schiller, se encuentra la (segunda) casa de Hoffmann y su mujer. Llegan el 1 de septiembre de 1808; quince años antes sus vagabundeos habían conducido aquí a Tieck y Wackenroder. También A. W. Schlegel conocían la ciudad y Schelling había tenido aquí amistad con el doctor Marcus, amigo después de Hoffmann. Va ahora a hacerse cargo del teatro cuyo director, el conde Soden, ha desaparecido casi de inmediato, dejando en su lugar a un hombre llamado Heinrich Cuno, un marmolillo incapaz de hacer nada a derechas y que ha llevado el teatro a la ruina. Lógicamente conspira desde el primer día contra el recién llegado, que dos meses después de su aparición tiene que renunciar al puesto de Kapellmeister; y queda con la mitad del sueldo. De modo que tiene que dar clases particulares. En la casa de la Schillerplatz ocupan la segunda planta y la mansarda, que alberga su pequeña habitación de poeta. Está frente al teatro y unida mediante un corredor al mesón Zur Rose. Trabaja en la mansarda, con las piernas al aire, colgando, y la mujer le sube la comida con una cuerda por el escotillón del techo. Zur Rose es pronto su cuartel general, y allí escribe y compone y hace amistad con Pollux, el perro del local y futuro Berganza. Empieza a enviar artículos de crítica musical a la Allgemeine musikalische Zeitung, de Leipzig.
Acepta una invitación para visitar el convento de los capuchinos -léase en los Elixires- y allí hace todo tipo de preguntas al monje Cyrill; visita asimismo el manicomio. La revista de Kunz le publica en febrero de 1809 una narración corta, Ritter Gluck. De golpe ha escrito una pieza de auténtico formato literario, si bien según su Diario a veces se siente demasiado deprimido para trabajar: Dies ordinarius atque tristis (¿será que ese día no ha visto a su enamorada?). Son tiempos inciertos, Cuno quiebra, las clases particulares empiezan a fallar porque hay guerra y las familias pudientes abandonan la ciudad. Pasan por allí bávaros, austríacos, franceses, polacos, italianos. Hoffmann ve por primera vez a Napoleón. Un regimiento francés bivaquea ante el Steintor. En el verano de 1810 ven la luz las Johannes Kreislers des Kapellmeisters musikalische Leiden [Penas musicales del Kappelmeister J. K.]- el 'músico loco', proyección de lo mejor y más enigmático de sí, obsesionará al autor de por vida.
Kunz es su amigo y algo más tarde es su primer editor y lo ha llevado a Núremberg y a Bayreuth, lo ha contactado con Jean Paul y es además su compañero de pequeñas farras. En febrero de 1809 es admitido Hoffmann en la Harmonie-Gesellschaft [Sociedad armónica]. Tiene otros amigos; así el doctor Adalbert Israel Friedrich Marcus, un médico muy cultivado que habita una vieja torre (Altenburg) y con quien Hoffmann tiene largas conversaciones. Es director de la clínica local y Naturphilosoph; introduce a Hoffmann en la práctica del magnetismo. Porque a pesar del cierre de la Universidad, Marcus consigue continuar dando clases de Naturphilosophie en la clínica.
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Escribe música sacra, marchas, coros, balets, una ópera (Aurora), un Miserere, duettini para su alumna más dotada, Julia Marc -sobrina del doctor Marcus-, que tiene trece años cuando comienza a tomar clases con él. Es de facciones vivas y viene de una familia de comerciantes, y es judía. El padre, ya fallecido, era cónsul, y la madre ha permitido que la niña crezca algo mimada; tiene abundantes admiradores. Es el caso que nuestro músico se ha enamorado hasta las orejas de la alumna, el 'amor de artista' de su vida. Toda su creación literaria futura estará atravesada por la figura de Julia.
Las diminutas teselas: el primer registro en los diarios que alude a la muchacha es de enero 1809, ella tiene 14 años y canta un aria en el teatro, und erhielt Beyfall [y fue aplaudida]. Más tarde, cuando Hoffmann oye del suicidio compartido de Kleist y Henriette Vogel da vueltas en la cabeza al asunto durante unos cuantos días. En los diarios ella es Käthchen, la de Kleist. En nota de 17 de marzo de 1812: Nachts beystehendes Sonnet gemacht [Por la noche hecho el soneto adjunto]. Es para Julia, que cumple años 3 días después, y se lo entrega con rosas. También le regala tres canzonette acompañadas de una nota aclaratoria, por si hiciera falta: composte e dedicate alla Signor[in]a Giulietta Mark da E. T. Hoffmann, compositore e direttore di Musica. Cuando está enfermo ella lo visita con su hermana o sola; la madre desconfía, la mujer del músico está celosísima y la ciudad hierve de chismes. Hoffmann con ella: el candor, la torpeza, la imposibilidad de controlarse. Y alguna vez se deja ir a escenas muy desagradables, y a los reproches. Hoffmann tiene también el don en alto grado desarrollado de hacerse aborrecible. Trastadas de su demonio.
Y bebe. Bebe con urgencia o desesperación, en general buenos vinos sin hacer ascos al ron o al muy citado Punsch. El abuso es serio y diario y antiguo, como tarde desde Posen. Al vino, al que acude para proporcionar más vigor a sus estados mentales 'exóticos', no renunciará ni en la necesidad más extrema. Pero tampoco se para en barras con el champaña; solo sigue la rigurosa autoprohibicón de la cerveza, que desprecia porque tranquiliza, adormece y le pone a uno pesada la cabeza. En todo caso, bebe hasta la alucinación. 6 de enero de 1804 en su Diario, mucho antes de Bamberg, por tanto: Alle Nerven excitiert von dem gewürzten Wein - Anwandlung von Todes-Ahndungen – Doppelt-Gänger [Todos los nervios excitados por el vino aromatizado - corazonadas sobre la muerte - doble]. El 6 de septiembre de 1812 tiene lugar el horrible picnic que organiza Frau Marc, madre de Julia, en Pommersfelden, cerca de Bamberg. Asisten el matrimonio Kunz, Mischa, los novios. El consumo alcohólico es desmedido y Hoffmann, tan borracho como el novio, insulta gravemente a éste. Acto seguido se transmuta en un perro y a cuatro patas intenta morderlo. Al día siguiente redacta la carta más humillante de su vida. Más o menos condicionalmente es perdonado.
El 3 de diciembre de 1812 es la boda y Hoffmann se emborracha adecuadamente con champaña. Quince días después en el Diario: Abschiedsvisite bey Julchen pour jamais [Visita de despedida para siempre en casa de Julita]. Después ella parte con el marido para Hamburgo; han prometido escribirse, no lo harán nunca. Más tarde Hoffmann se entera de que Julia está embarazada, del fracaso del matrimonio y de su vuelta a Bamberg. Hay una carta de desgarro desde Berlín a Hippel, un amigo, a propósito de ella. Que volverá a casarse, con éxito esta vez, y sobrevivirá 42 años a su escurril enamorado.
Habrán sido los cinco años más fecundos y felices de su vida, aunque sus ingresos hayan sido parcos e irregulares; todavía en 1812 leemos en el Diario: In der höchsten Not den alten Rock verkauft, um nur fressen zu können!! [¡¡En la más extrema necesidad vendida la vieja chaqueta para poder zampar!!]. Y al poco de irse ha hablado de los Marterjahre [Años de martirio] en Bamberg; pero ha sido la ciudad de Julia, y en una narración dictada en su lecho de muerte -Meister Johannes Wacht [La guardia del maestro J.]- la ha llamado schöne freundliche Stadt [hermosa y hospitalaria ciudad] y describe la Residencia, las calles pinas, las antiguas casas de entramado, el barrio de Bug, los artesanos, los jardines: el granito de arena de la piedad en las despedidas absolutas.
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La atmósfera electrizada y la calígine en una primavera avanzada se han resuelto al punto cuando verticalmente la escena se rasga con el chisporroteo de un relámpago, al que siguen las chirimías enronquecidas de un frente de truenos. El tamborileo en el parabrisas dibuja un doble abanico de incertidumbres. El motor ensaya la sordina, el viento racheado proveniente del Fichtelgebirge nos bate de costado. El tráfico es ahora menos fluido, y los faros delanteros de los abundantes camiones del otro carril dejan un destello momentáneo en nuestras retinas, visto y no visto. La lluvia consecutiva ritma el juego de las rápidas apariciones y desapariciones.
por cuanto que el tejido algodonoso de su historia la de ella su general estoria (nagel) con enzo había alcanzado se decía la elongación a partir de la cual las deformaciones podían presumirse permanentes enzo a todo esto y por razones que no se encontrarán en sumario alguno era un viejo conocido de algunos de nosotros también se supo que había escrito sin ella saberlo al mencionado éforo doctor por marburg justo allí donde en tiempos aquel hombre corpulento y dentición de caballo soltó en la iglesia hier habe ich den bultmann erlebt [aquí he conocido yo a b.] doctor con una tesis sobre el primer hegel las blasfemias del teólogo suabo siempre oscilante en su querencia entre sócrates y cristo etcétera è permesso? si può? claro que puedes insensato pero qué podía ahora arbitrar o dirimir o parchear o amañar el éforo cuando los pasos sobre la tierra de su en tiempos pupila habían emprendido derrotas de independencia que te excluían bobalicón
annunziata hace como que inventa mientras lee la guía o quizá lo contrario el sueño oscurecido de la piedra catedralicia para los acólitos de kafka de inmediato referible a la penumbra ambiental de su inmortal estoy diciendo inmortal capítulo im dom algoritmo joyel y cifra de la literatura sapiencial pero qué sabréis vosotros zoquetes y sigue salmodiando construido en el XII sobre restos de un edificio anterior el actual y tras varios incendios fue consagrado en 1237 época stáufica tardía divisoria de aguas en un tiempo que ya quiere lanzarse góticamente hacia arriba cuatro torres ya airosas dos coros cuatro puertas de acceso y qué decir del encontronazo que supone la nave lateral que contiene la ekklesia triunfante la synagoge y dejemos ahora la exégesis de la imbecilidad icónica de los poderes de otrora y sus solícitos recaderos y sin embargo en el contracoro os vais a encontrar la sonrisa fugada del bamberger reiter de hacia 1230/1240 ¿y quién habrá sido ese caballero a todo esto?
fremd bin ich eingezogen [me incorporé como un extraño] hartmann hablando entre dientes pero tenemos tiempo, ¿no es eso? de modo que empezaremos por hacer un mix con nuestra recuperada emoción del desarraigo y unas cuantas gotas de la filosofía natural de schelling que hoffmann leyó aquí sin perder en ningún momento la conciencia de lo que será su fracaso trágico en la vida real porque eso es lo que dice una vez y la siguiente nuestro hombrecito, ¿no? abreviemos el procedimiento enhorabuena y pasemos con el orgullo de los nobles romanos de antaño al confiteor asistidos por un buen whisky dado que que somos incorregiblemente lo que en tiempos de la glaciación anterior se llamaba pequeño-burgueses bien que seriamente infectados con los embelecos del arte como refugio por la idealidad del Streben artístico si queréis y no des tantas vueltas a mi copa gentil annunziata
annunziata entre tanto y entre pausas y después retoma su kyrieeleison alterno con la guía turística también fragmentos de los diarios del gnomo genial ciudad mencionada documentalmente por primera vez en 902 como sede del antiguo castillo de la familia de los babenberg enrique II la convierte en 1007 en episcopado los viñedos lejanos o imaginados más allá del ventanal y la luz polarizada y cambiante en 1459 se imprimió allí el primer libro en lengua alemana -¿cuál, naphta nuestro?- la catedral imperial construida entre el XI y el XIII contiene múltiples estatuas notables la tumbas del citado enrique II su esposa kunigunda y la del papa clemente II ribazos taludes lejanos acelera sin miedo y la severidad arquitectónica de las plantas industriales que por unos instantes pasan ante nuestros ojos como las varillas verticales del inmóvil carrusel el tigre rilkeano es ahora otra vez hartmann historiador quien intervine y sí lo que iba diciendo está la tumba de clemente el único papa enterrado al norte de los alpes por lo demás larga soñarrera pétrea a los rijosos que no rara vez devinieron ciego y estúpido y vesánico martillo de tibios y heterodoxos los rasgos delicados de la esposa el perdulario fue canonizado por un papa obsecuente ciento y pico años después de su muerte pero para volver a la idea que traéis y si disculpáis la insistencia no sé yo si el señor direktionsgehilfe está para sorpresas
aquí tenéis mis catecúmenos pasto abundante para vuestras rigidizadas fantasías mannianas no diréis que no y sí concedido también mann lo ha visto como participante en las sesiones del club de lo romántico-infinito de que abominaba claro vosotros mismos podéis haceros socios solo que por la misma os habréis metido en el castillo de irás y no volverás toda vez que hier gibt es kein zurück [aquí no hay vuelta atrás] proclamaban los turiferarios de walter ulbricht paladín de los combates obreros por cierto kreisler no es músico por casualidad él vale decir ernst theodor se ha metido hasta la cocina del club el de la promesa de la verdad verdadera de la vida todo lo roto que queráis con los descosidos de su doble ciudadanía terrenal y feérica y con su biografía oculta pero veraz en su entrega a la única ley que reconocía el amoral la de su phantastik no como mann y esto sin perjuicio de que ahora pueda aparecer en cualquier esquina adrian Leverkühn para desmentirme ¿o tendrá que ser zeitblom? ductus maníaco y un buen zurcido de aportes culturales capturados con algún desorden la conciencia desdichada por culpable y annunziata por cierto, ¿no es ya hora para acercarse a zur rose…?
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Vivir a contrapelo, vivir en y de lo inesperado. Es ist in meinem Leben etwas sehr Charakteristisches, dass immer das geschieht, was ich gar nicht erwartete [Es muy característico de mi vida que siempre ocurra aquello que no esperaba en absoluto]. Annunziata es protagonista trágica de una narración -Doge und Dogeresse-, que escribirá en Berlín bastante después, bajo el efecto que le ha producido un cuadro con un dux, de 80 años, y su joven y hermosa esposa, y la leyenda:
Ah! senza amare,
Andare sul mare,
Col sposo sul mare,
Non può consolare.
Hoffmann: -Dime Mischina ¿cómo es ese caballero, el de la revista, el que te ha pasado el billete con la cita? Un encargo nos vendría ahora de perlas. Aquí dice que estará mañana a la tarde en Zur Rose... ¿Y dices que una Signorina Annunziata acompaña al Freiherr?
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Bamberg, mesón Zur Rose.
Annunziata: - Esto es una payasada, una completa payasada, y lo es doble contigo aquí, con el viejo racionalista.
Hartmann: -Pero, ¿no eras tú la de las emociones fuertes, dónde han quedado esos ascensos en los Dolomitas...? [A la camarera] Noch einmal zweimal Rotwein, bitte [Otra vez dos vinos, por favor].
Veinte minutos después, y al otro lado de los cristales emplomados de la puerta, perciben el contorno de un hombre pequeño, que parece oscilar verticalmente.
¿Quién está abriendo la puerta...?
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Und was ich sah, das Heilige sei mein Wort.
(Hölderlin, Wie wenn am Feiertage...)
[Y lo que vi, que lo sagrado sea mi palabra]
Niemand knetet uns wieder aus Erde und Leim
Niemand bespricht unseren Staub.
Niemand.
Gelobt seis du, Niemand [...]
(Paul Celan: 'Psalm')
[Nadie nos amasa de nuevo a partir de tierra y cola/ Nadie conjura nuestro polvo./ Nadie./ Alabado seas, Nadie.]
Nadie.
Madrid, 18 de junio de 2017